
Melancolía, salvación ilimitada,
subjetiva,
nada acorta su eco,
ni la suma de sus virtudes.
Las ocasiones en que se intensifica,
se aísla en la perfección del alma,
en las fauces del silencio o a la desesperación.
Al final,
crea una agonía inevitable en los recovecos del cuerpo,
sin embargo,
el espíritu siempre rebelde,
busca levantar el vuelo,
para separar al ser humano de la dulce fatiga.
Dulce, dulce melancolía, procúrame una tumba vacía,
una noche serena
un recuerdo intenso,
la eternidad cantada en poesías.

Esta obra de ALMA A. C. CARBAJAL GUZMÁN está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Deja una respuesta